El Gobierno de Axel Kicillof sostuvo que “hay cierta posibilidad de que haya sido un sabotaje”; el intendente dijo que había puesto a disposición “un centro de vacunación” para guardar las dosis; y desde el sindicato de empleados municipales se habló de “una improvisación jamás vista”.
Luego de que estallara el escándalo por el descarte obligado de 400 vacunas en el municipio bonaerense de Olavarría, que ahora derivó en una causa judicial, desde el Gobierno bonaerense abonaron la posibilidad de que todo fuera producto de un sabotaje. Sin embargo, para el municipio que lidera el radical Ezequiel Galli la destrucción intencional es solo una de las posibilidades, mientras que desde el sindicato de empleados municipales del distrito acusaron a la administración de Axel Kicillof por impericia.
Luego de que ayer el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, asegurara que “en la madrugada de este lunes se registró un sabotaje en el Hospital provincial de Oncología Luciano Fortabat, de la ciudad de Olavarría, debido a la pérdida de la cadena de frío de 400 dosis de la vacuna Sputnik V, por hechos de suma gravedad”, este martes el jefe de Gabinete Carlos Bianco reiteró la principal teoría del Gobierno de Kicillof: “Todavía no se sabe el motivo, hay cierta posibilidad de que haya sido un sabotaje porque justamente en el mismo momento se rompieron las cámaras de seguridad, por eso se inició un sumario para ver lo que sucedió. Es una situación grave porque ni una vacuna podemos desperdiciar. Lamentamos lo sucedido y esperamos que no se vuelva a repetir”.
En ese sentido, en el municipio que conduce Galli aclararon que si existió sabotaje “habrá que ir hasta las últimas consecuencias”. “Lo que pasó es un episodio confuso y lo está investigando la fiscalía. Si se confirma que fue un sabotaje, habrá que ir hasta las últimas consecuencias”, agregó el intendente.
En diálogo con el medio Infobae Galli además aclaró que “el Gobierno de Olavarría no tiene nada que ver con el operativo de vacunación”. “Nosotros pusimos a disposición el centro de vacunación, que tiene más de 70 años de historia y nunca tuvo un problema de pérdida de cadena de frío. De hecho hace poco compramos un nuevo aparato de refrigeración que nos permitirá conservar las vacunas de Pfizer y de AstraZeneca, que necesitan una temperatura más baja”, resaltó el dirigente radical.
Según Galli, el municipio “no tuvo injerencia” en el operativo, advirtió que las autoridades municipales no fueron “invitadas a la llegada de las vacunas al país”, y sostuvo que “el operativo fue manejado por la Provincia” a través de la Región Sanitaria IX, cuyo director ejecutivo es Ramiro Borzi. “Las hipótesis que se están manejando es una falla mecánica, eléctrica o un sabotaje. Me cuesta pensar que hubo un sabotaje, creo que hubo falla eléctrica durante el fin de semana largo”, concluyó Galli.
La referencia a la Región Sanitaria IX está relacionada con que, de acuerdo a la acusación del titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, José Stuppia, el desperdicio de las vacunas no es consecuencia de un sabotaje, sino que se trata de impericia política.
“Es una improvisación jamás vista, sin estrategia sanitaria alguna. El lugar donde se decidió vacunar no estaba preparado. Tenemos 70 años de experiencia en vacunación en Olavarría, tenemos un centro que no debe tener igual en la provincia”, afirmó Stuppia.
En ese sentido, aseguró que “el lugar de oncología no está preparado para el consumo de los freezers y los aires acondicionados. Hubo una sobrecarga de tensión por el consumo. Son unos irresponsables, dejaron a todo el personal sanitario sin vacunar, es irresponsable”.
“Se debería haber hecho un estudio para ver si ese lugar era útil. Pero es todo por política, porque a La Cámpora se le ocurrió dejar la vacuna donde no correspondía. Qué sabotaje, son ellos los responsables”, concluyó.
Por otro lado, esta mañana se confirmó que la Justicia bonaerense investiga si fue “un atentado” el corte de la cadena de frío. Así lo señaló el fiscal general del Departamento Judicial de Azul, Marcelo Sobrino, quien indicó que el freezer en el que estaban las ampollas provenientes de Moscú “se encontró en una graduación que no correspondía”.
“Si fue una situación mecánica, un atentado o un problema técnico es lo que estamos investigando”, sostuvo el funcionario judicial. En diálogo con La 990, Sobrino destacó que la fiscal Viviana Beytía “estaba buscando los ingenieros necesarios para hacer las pericias específicas” sobre el freezer en cuestión.
“Había cámaras de seguridad enfocando directamente al freezer y también personal de vigilancia” en el Hospital de Oncología Luciano Alfredo Fortabat, añadió. Asimismo, el fiscal general del Departamento Judicial de Azul explicó que “no hay nadie en particular investigado, sino toda la institución, todas las personas que tenían acceso a ese lugar”.
Y añadió: “Estas vacunas estaban destinadas al personal de salud de la zona. Vamos a detectar las responsabilidades administrativas y penales que puedan llegar a corresponder”.
“Si termina siendo un artículo 205 (del Código Penal), va a pasar a la Justicia federal”, aclaró Sobrino, en alusión a la posibilidad de que se trate de un atentado para perjudicar la campaña de vacunación contra el coronavirus. Además, el funcionario judicial insistió: “No podemos descartar que el corte de la cadena de frío de las vacunas no haya sido un sabotaje”.
En conferencia de prensa, la directora del Hospital de Oncología Silvina Rosende explicó este martes que “las vacunas estaban descongeladas y la perilla (del freezer) en un lugar donde no estaba habitualmente”. En tanto, se informó que las primeras 50 vacunas, de un lote de 450, se habían administrado en los primeros días de vacunación de manera correcta.
Fuente: infobae.com