El Gobierno organiza nuevos encuentros. Buscan cerrar esbozo de acuerdo y consolidar pax cambiaria.
Pero el souvenir más preciado que trajeron en la valija los negociadores argentinos es un librito de algunas páginas que se llama “quién es quien”, donde más allá de la tautología engañosa, lo que resulta instructivo es lo que hace algunos días anticipó el embajador argentino en los Estados Unidos, Jorge Argüello, cuando en el marco de un encuentro generado por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham), el funcionario contó que las reuniones en Washington incluyeron, a la vez, encuentros con representantes del Departamento del Tesoro, no sólo con el FMI. En rigor, los contactos aparecen ahora como una triangulación permanente. El Gobierno ha trazado su cronograma para ir anudando encuentros con el FMI, el Tesoro de EE.UU., donde también figura el representante de EE.UU. en el FMI. El común denominador es Estados Unidos, claro está. No fue casualidad que hace apenas unos días, el ministro de Economía, Martín Guzmán, mantuvo una reunión de trabajo con el director ejecutivo de los Estados Unidos ante el FMI, Mark Rosen, en un encuentro realizado en forma virtual. El contacto se hizo a las 24 horas siguientes de que el presidente Alberto Fernández mantuviera también conversación telefónica, durante 35 minutos, con el presidente electo de los Estados Unidos, Joseph Biden. Esa misma semana, se hizo vox populi que el propio Biden pensaba nombrar a Janet Yellen como secretaria del Tesoro. Yellen, que reemplazaría a Steve Mnuchin, había sido presidenta de la Reserva Federal durante el gobierno de Barack Obama. El Gobierno entiende que la negociación con el FMI (hay que sumarle contactos con el Tesoro de EE.UU.) es clave en varios aspectos: por un lado, le permite fortalecer su posición antidevaluación en la medida en que con el correr de los días se acelera la expectativa para ir cerrando algún esbozo de acuerdo, una carta de intención. Eso le daría un respaldo adicional, una especie de empujón para llegar a la época de la liquidación del agro (al que le quedan unos u$s5.000 millones por liquidar de la cosecha vieja, según consignamos hoy en la edición de Ámbito). La brecha entre el contado con liquidación, el blue y el oficial se va acortando, lo que deja sin combustible a los hacedores del rulo financiero. Por otro lado, los fondos Templeton y PIMCO, van hilvanando las licitaciones de bonos por u$s750 millones. La pregunta es qué tipo de condicionamiento pondrá el FMI-Tesoro de EE.UU. a la hora de fijar la política cambiaria del BCRA, qué tipo de intervención podrá seguir manteniendo (o no) en el mercado bursátil para jugar en la plaza del contado con liquidación. Un rebote de las cotizaciones de los dólares financieros y del blue (todos en la zona de los $142-$147) podría desacomodar la variable más delicada: la inflación.
Fuente: infobae.com