El Gobierno definió este lunes la fórmula de actualización para las jubilaciones que enviará al Congreso de la Nación para su análisis, debate y posterior tratamiento. En la nueva ecuación ya no se incluirá la tasa de inflación; los aumentos regirán en base a la evolución de los salarios y la recaudación por parte del Estado. Ahora bien, qué cambia y cómo impacta en los haberes la nueva fórmula de cara al 2021.
Desde el oficialismo explicaron que la nueva fórmula se asemeja a la utilizada durante el gobierno de Cristina Kirchner, que rigió hasta el 2017 cuando la derogó la gestión de Mauricio Macri. “Una fórmula atada a la inflación no es deseable en la Argentina. Porque los ingresos de las jubiladas y los jubilados han perdido poder adquisitivo y el objetivo político es recomponer esos ingresos», justificó el Ministerio de Economía a través de un comunicado argumentando que la ecuación a utilizar se basará en la evolución de los salarios y la recaudación en partes iguales, por lo que la tasa de inflación ya no será parte. «En diversos países, las fórmulas de movilidad se basan en inflación siendo que los precios en esos países crecen menos que los salarios, lo cual quiere decir que no hay un objetivo de recuperación real de los ingresos. Además, los niveles promedio y las variaciones de la inflación en esos países son mucho más bajos que los que se observan hace lustros en Argentina, lo cual les permite dar cierta previsibilidad al gasto previsional”, agregaron desde la cartera que conduce Martín Guzmán.
dEl Gobierno insistió con que la fórmula propuesta que deberá comenzar a regir en el 2021, a diferencia de la sancionada durante el macrismo “generará un incremento del poder adquisitivo de los haberes; gracias al aumento del salario real y de los recursos de ANSES”.
En declaraciones a Infobae, la abogada especialista en previsión social Andrea Falcone, analizó que “se introduce la variable recaudación para pagar menos. Si la fórmula es mitad variación de salarios y mitad recaudación es con el único objetivo de reducir los aumentos».
Falcone contextualizó la iniciativa del Gobierno en medio de la pandemia de COVID-19, “que nos deja con menos empleo y una fuerte reducción en el pago de aportes y contribuciones”. «Los trabajadores recibirán los incrementos de paritarias, los jubilados la mitad de eso y el resto supeditado a la suerte recaudatoria del Estado”, enfatizó.
Desde el Gobierno explicaron que al incluir la recaudación en la fórmula, Guzmán apunta a “compartir el crecimiento y, al mismo tiempo, cuidar la sustentabilidad fiscal”. Los técnicos de Economía entienden que la nueva ecuación permitirá reducir el actual déficit previsional, dado que, si bien el salario real aumenta junto con el crecimiento económico, lo hace menos que los recursos tributarios. Por otro lado, se reincorporará el tope a los aumentos anuales, que no podrán ser superiores al crecimiento de los recursos totales de Anses (multiplicado por 1,03). Este tope estuvo vigente entre 2009 y 2017 y representa una pieza clave para evitar que los gastos crezcan sistemáticamente más que los recursos y el déficit previsional crezca sin control (como sucedió entre 2016 y 2019). Esta condición de sustentabilidad había sido eliminada con la reforma del 2017. Mientras que la evolución salarial se medirá con el RIPTE, adelantó el Poder Ejecutivo.
Para el diputado radical Alejandro Cacace, vicepresidente 1° de la Comisión de Previsión y Seguridad Social de la Cámara Baja, “tras meses de discusión en la Comisión de Movilidad Previsional, el oficialismo ha decidido -sin consenso- sacar una nueva ley que básicamente es volver a lo que estaba establecido con el gobierno de Cristina Kirchner y no tomar realmente la discusión que se ha dado en estos meses y avanzar en una nueva fórmula de movilidad previsional».
Al analizar lo informado por el Ministerio de Economía, Cacace consideró “negativo” que se abandone la variable de inflación, “porque por definición la inflación es preservar el poder adquisitivo de los haberes jubilatorios, y al removerla se quita esa garantía». “Por otra parte se introduce el concepto de recaudación que hace a la fórmula muy procíclica; es decir, cuando la economía crece, mejora, pero cuando la economía entra en recesión, ahí se ajusta sobre los jubilados como ha pasado todo este 2020”.
“Con la conocida situación de que los salarios suelen ir detrás de la inflación como ha pasado en estos últimos seis meses, al volver a ser predominante lo salarial y sin tener en cuenta la inflación, nuevamente se pierde de vista la posibilidad de mantener el poder adquisitivo”, continuó el miembro de la Comisión Mixta de Movilidad Jubilatoria.
Además el Poder Ejecutivo informó que la actualización de las jubilaciones será semestral, en marzo y septiembre, ya que de esta forma se “disminuye la volatilidad y reduce la pérdida de poder adquisitivo ante shocks inflacionarios”. Para Cacace, “lo que el Ministerio de Economía marca es contradictorio con los propios objetivos que propone”. Al hacer la actualización semestral en vez de trimestral, “se va a tardar más tiempo en poder ajustar las variables y de esa manera recomponer los haberes”, concluyó el legislador de la UCR.
FUENTE: Infobae