Manuel Alfredo Guerrero, «el Negro», falleció este lunes dejando un legado imborrable en el fútbol regional y nacional.
Guerrero, que tenía 59 años, fue un delantero emblemático que debutó en 1983 y vistió la camiseta de Gimnasia y Esgrima de Jujuy durante 14 temporadas consecutivas, convirtiéndose en un ícono del club albiceleste. Su carrera estuvo marcada por la fidelidad a su equipo y por momentos destacados como el ascenso a la Primera División, un logro significativo para la institución- Desde niño defendió los colores del «Lobo» consolidándose como un puntero derecho de gran habilidad y compromiso.
Se destacó en una época en la que el fútbol argentino y regional vivía un proceso de expansión y profesionalización, con clubes que buscaban consolidarse y crecer en el escenario nacional. Su permanencia prolongada en un solo club reflejó el compromiso poco frecuente en el fútbol moderno, y su figura será siempre recordada con respeto y admiración por la hinchada y la comunidad deportiva jujeña.
El fallecimiento de Guerrero ha generado conmoción en el ambiente deportivo de Jujuy y en el fútbol argentino en general.
Este adiós representa no solo la pérdida de un exjugador, sino también de un símbolo del deporte jujeño que inspiró a generaciones de futbolistas y aficionados.