Estados Unidos se reincorporó oficialmente hoy al Acuerdo de París, revitalizando la lucha global contra el cambio climático, luego de que el expresidente Donald Trump abandonara el pacto que firmaron 200 países.
Científicos y diplomáticos extranjeros dieron la bienvenida al regreso de Estados Unidos al tratado, que se hizo oficial 30 días después de que Biden ordenó la medida en su primer día en el cargo.
El regreso al Acuerdo de París no es el único giro diplomático que anunció Biden para dejar atrás la era de Trump en materia de relaciones exteriores. Ayer el gobierno del presidente demócrata dijo que estaba dispuesto a aceptar una invitación de la Unión Europea (UE) para participar en conversaciones con Irán. El objetivo es salvar el acuerdo internacional que se firmó en 2015 y limitaba el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento las sanciones internacionales y multilaterales. Irán respondió hoy que primero espera que se levanten las sanciones.
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Washington se retiró de forma unilateral en 2018 del acuerdo, por decisión de Trump. También bajo el mandato de Trump, Estados Unidos abandonó el Acuerdo de París que 200 países firmaron en 2015 para evitar un cambio climático catastrófico. El expresidente dio el paso, alegando que la acción climática costaría demasiado.
El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, participará en eventos virtuales hoy para marcar el reingreso de Estados Unidos, incluidas las apariciones con los embajadores en Gran Bretaña e Italia, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el enviado de la ONU para la ambición climática, Michael Bloomberg.
Biden ha prometido trazar un camino hacia las emisiones netas cero de EE. UU. para 2050. Los científicos han dicho que el objetivo está en línea con lo que se necesita, al tiempo que enfatizan que las emisiones globales deben reducirse a la mitad para 2030 para prevenir los impactos más devastadores del calentamiento global.
Kerry, junto con la asesora climática nacional de Biden, Gina McCarthy, están elaborando nuevas regulaciones e incentivos destinados a acelerar el despliegue de energía limpia y la transición de los combustibles fósiles.
Esas medidas formarán la columna vertebral del próximo objetivo de reducción de emisiones de Washington, o Contribución Determinada a Nivel Nacional, que se anunciará antes de una cumbre de líderes climáticos globales que Biden organizará el 22 de abril. La próxima conferencia climática de la ONU es en noviembre en Glasgow.
Biden también ha firmado más de una docena de órdenes ejecutivas relacionadas con el cambio climático y ha movilizado a todas las agencias federales aquí para ayudar a dar forma a la respuesta del gobierno.
A pesar del entusiasmo por el regreso de Estados Unidos a las negociaciones globales, los negociadores climáticos dicen que el camino a seguir no será fácil. Los objetivos climáticos de Biden enfrentan desafíos políticos en los Estados Unidos, la oposición de las compañías de combustibles fósiles y cierta preocupación entre los líderes extranjeros sobre el cambio de política climática de Estados Unidos.
“Hay mucho terreno por hacer, pero la esperanza de París está viva y es fuerte”, dijo Rachel Cleetus, directora de políticas de la Unión de Científicos Preocupados.
Fuente: lanacion.com.ar