El reciente anuncio del ministro de Economía, Luis Caputo, sobre la reducción del Impuesto País ha generado un amplio debate sobre el impacto económico que tendrá en la vida de los argentinos. La medida, que reduce la alícuota del impuesto del 17,5 % al 7,5 % para importaciones de bienes y fletes, busca aliviar la carga fiscal sobre distintos sectores. Sin embargo, según estimaciones del economista Nadin Argañaraz, esta decisión podría representar una pérdida de ingresos para el gobierno nacional que oscilaría entre $730.000 millones y $1 billón hasta fin de año.
El Impuesto País, que también afecta el dólar ahorro, el dólar turista, pagos de servicios de streaming y la compra de dólares para el giro de utilidades, ha sido una fuente significativa de ingresos fiscales. Solo en julio, la recaudación alcanzó los $698.000 millones, lo que subraya la importancia de este tributo para las arcas del Estado. Sin embargo, la reducción anunciada podría aliviar a muchos consumidores, particularmente aquellos que dependen de servicios contratados en el exterior o que planean viajes internacionales, al disminuir los costos asociados a estas transacciones.
No obstante, la merma en la recaudación también plantea interrogantes sobre cómo el gobierno compensará esta disminución en los ingresos. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) ha señalado que el ajuste fiscal de los primeros siete meses del año ha sido considerable, lo que podría ofrecer un margen para que el gobierno mantenga sus cuentas sin déficit, pese a la reducción del impuesto.
A nivel individual, la baja en el Impuesto País podría traducirse en menores costos para aquellos que utilizan servicios en el exterior, como plataformas de streaming, o que necesitan comprar bienes importados. Sin embargo, el impacto real en el bolsillo de los argentinos dependerá de cómo se gestionen otros factores económicos, como la inflación y el ajuste de tarifas, en los próximos meses.
La promesa del presidente Javier Milei de eliminar el Impuesto País por completo en enero de 2025 añade un elemento de expectativa sobre el futuro de la política fiscal en Argentina.