Este miércoles, como cada 1 de marzo, el presidente abrió la Asamblea Legislativa del Congreso de la Nación. La oposición se retiró y parte del oficialismo lo cuestionó por algunos dichos. La defensa a Cristina Fernández puso paños fríos.
En el inicio de su discurso, Alberto Fernández pidió que la justicia “juzgue y condene” a los autores materiales e intelectuales del atentado a Cristina Kirchner, perpetrado el 1° de septiembre del año pasado. “Les pido que actúen con la misma premura con la que se archivan causas contra jueces y empresarios poderosos”, lanzó.
El mandatario también cuestionó a los medios de prensa “intelectualmente deshonestos y cargados de odio”.
Los elogios a Massa
Alberto Fernández le dedicó un tramo de su discurso al ministro de Economía, Sergio Massa. “Quiero señalar y agradecer aquí el compromiso de Sergio Massa, quien dejó la Presidencia de esta Cámara para venir a sumarse a la compleja tarea de conducir el Ministro de Economía”, dijo.
Luego abordó uno de los temas más espinosos de su gestión: la inflación. Dijo que es un problema estructural que comenzó “décadas atrás” y que el Gobierno está abogado a resolverla sin generar un aumento en la pobreza ni un freno en la actividad económica.
“Tanto el ministro como yo no necesitamos que al Fondo Monetario para saber que debemos lograr equilibrio fiscal. No podemos persistir con políticas que generan déficit. El equilibrio fiscal debe ser nuestro horizonte. Tampoco necesitamos al FMI para saber que la Argentina debe aumentar sus exportaciones”, resumió.
Prometió que el gasoducto Néstor Kirchner será inaugurado a mediados de año.
Reclamo a la Corte Suprema por la coparticipación porteña
“Los episodios recientes en la disputa por los recursos nacionales y su coparticipación con nuestras provincias hicieron evidente cual es el bloque de intereses tradicionales que pretenden consolidar las enormes asimetrías que aún existen en la Argentina”.
“Mientras que muchas provincias necesitan realizar obras que permiten asegurar servicios tan esenciales como el agua potable para sus habitantes, la Corte Suprema de Justicia aseguró cautelar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recursos coparticipables que no le corresponden contrariando la ley de coparticipación vigente. Le quita dinero a los que más necesitan y destina esos mismos recursos a la ciudad más opulenta del país”.
“Nosotros éticamente estamos obligados a poner fin a tanta desigualdad y sacar de la postergación a quienes han quedado sumergidos en la pobreza por imperio de políticas que concentran la riqueza con este criterio centralista que tanto rechazo genera en el interior de la Patria”.
“Los recursos coparticipables se distribuyen de acuerdo a las formas establecidas por una ley convenio que han firmado cada una de las provincias argentinas y el Estado Nacional. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no forma parte de ese convenio. No tiene derechos sobre esos recursos. Debe recibirlos del Estado Nacional cuando este le transfiere un servicio que hasta ese momento prestaba. Esa decisión es parte de la gestión administradora del Poder Ejecutivo Nacional y no puede ser sustituida por otro poder de la República”.
“La intromisión de la Justicia en la ejecución presupuestaria es definitivamente inadmisible. Excede sus facultades, olvida la regla jurisprudencialmente fijada que reconoce “cuestiones políticas no judiciables” y pone en riesgo la lógica redistributiva de la Ley de Coparticipación Federal causando un severo daño al equilibrio de las cuentas públicas”
Más críticas a la Justicia
“Prometí al asumir la Presidencia que pondría fin a los sótanos de la democracia. Lo hice. El personal de inteligencia del Estado ya no se vincula con los jueces. Los recursos de la Agencia Federal de Inteligencia son públicos. No existen operadores que en nombre del gobierno compran voluntades judiciales. Por impulso del Gobierno Nacional, no hay escuchas ni intromisiones en la privacidad de ningún ciudadano. El espionaje interno ya no existe. Todos y todas pueden pensar libremente sin temer el acoso del poder estatal”.
“Digo todo esto sabiendo que de nada sirve semejante trabajo si miembros de la Justicia y del Ministerio Público se entrelazan en vínculos poco transparentes con empresarios o emisarios de la política que operan como auténticos factores de poder”.
“No hablo en abstracto”.
“Recientemente, tomó estado público lo que muchos describíamos y denunciábamos: la connivencia entre algunos magistrados, empresarios de medios de comunicación, ex agentes de inteligencia y políticos”.
“Lamentablemente, el Poder Judicial hace tiempo que no cuenta con la confianza pública, no funciona eficazmente y no se muestra con la independencia requerida frente a los poderes fácticos y políticos”.
“Los ejemplos abundan”.
“Conocemos como se dictaron medidas cautelares que impidieron regular el precio de servicios básicos de telecomunicaciones sin que hasta el día de hoy se haya resuelto la cuestión de fondo. Vimos también como a través de medidas cautelares se habilitaron importaciones que no significaban ninguna prioridad para el país. Se impuso así una práctica que permitió, una y otra vez, burlar la ley mediante medidas cautelares”.
“Frente a este estado de situación es necesario tomar cartas en el asunto y trabajar para encontrar su solución”.
La oposición
El senador Martín Lousteau y los diputados Emiliano Yacobitti y Fernando Iglesias se fueron del recinto en medio de las críticas de Alberto Fernández a la Corte Suprema por el fallo sobre la coparticipación porteña.
Antes de irse, Iglesias le dio la espalda a Fernández e intercambió algunos mensajes. “Es un honor que me insulte”, dijo el jefe de Estado.
El juicio político a la Corte Suprema
“Lamentablemente, el accionar de los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, nos llevó a presentar un pedido de juicio político ante la Cámara de Diputados que decidirá si los acusa ante el Senado. Cualquier argumento que sostenga que el reclamo es violatorio de la República o del Estado de derecho, es falso. Solamente tienen que ir y leer el artículo 53 y 59 de nuestra Constitución Nacional”.
“No hay ningún ataque ni embestida contra la Justicia. Se solicita que se revise con todas las garantías y en las instancias que corresponde el desempeño de los magistrados que conforman la Corte Suprema de Justicia de la Nación»
“Los que atentaron contra la Constitución son los que armaban Mesas judiciales y perseguían con recursos estatales a jueces, a periodistas, a políticos opositores y hasta a sus propios compañeros. No pretendan ahora dar lecciones de institucionalidad y fervor democrático. Solo quiero dejar en claro quien respeta la República y quién no”.
“Nosotros no designamos jueces integrantes de la Corte Suprema por decreto”.
“Tampoco tergiversamos leyes mediante decretos reglamentarios para que nuestros parientes puedan blanquear dinero”.
“Nosotros no trasladamos jueces e integramos Cámaras para incidir en causas en las que se persiguen políticos opositores”.
“No son nuestros funcionarios los que se profugan de la Justicia alegando persecuciones”.
“Atentan contra la Constitución los que se extralimitan en sus competencias y desconocen las competencias del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo olvidando que la mentada división de poderes rige para todos en la república”.
“Atentan contra la Constitución los que ante cualquier sanción desfavorable de leyes corren a judicializar la medida aprovechando sus amistades con jueces que deshonran al Poder Judicial”.
“Que nadie lo olvide. Vivimos en una república. Todos merecemos el resguardo de las garantías. Todo ciudadano debe ser tratados con el rigor y las garantías que establece nuestro ordenamiento jurídico. Vivimos en un Estado de Derecho”
Las críticas del Kirchnerismo duro
“El comienzo fue soporífero, pero después agarró el manual Kapelusz de kirchnerismo y se puso interesante”. “Cedió, pero tarde”. Con esas frases, un funcionario nacional y un referente bonaerense, ambos de la órbita de Cristina Kirchner, intentaron resumir la mirada sobre del discurso de apertura de sesiones ordinarias que pronunció este mediodía Alberto Fernández, en el comienzo del último año de su mandato.
En suma, en el ala dura del Frente de Todos recibieron con beneplácito la condena que proclamó el Presidente contra la “inhabilitación política” de Cristina Kirchner, y celebraron la contundencia con la que arremetió contra la Justicia, sobre todo mientras lo escuchaban, en persona, dos jueces de la Corte Suprema. Pero creen que a esta altura del partido no hay lugar para una reconciliación y se quedaron con sabor a poco en términos de definiciones electorales.
En medio de la feroz pelea en el Frente de Todos por las candidaturas, desde hace días había serias dudas en el Gobierno sobre la postura que adoptaría Alberto Fernández en la apertura del año político y electoral frente a la situación judicial de Cristina Kirchner, el principal eje de disputa política dentro del espacio. En el último tiempo, los principales alfiles del mandatario habían mostrado posturas contradictorias: mientras Rossi hablaba de proscripción, Aníbal Fernández se basaba en argumentos técnicos legales para argumentar que la Vicepresidenta está en condiciones de competir.
En tanto, desde La Cámpora denunciaban sistemáticamente que la Justicia le impide -potencialmente- a Cristina Kirchner presentarse en las próximas elecciones, en particular tras la condena en la causa Vialidad. En tanto que, durante los últimos días, se dedicaron a criticar con sostenida vehemencia al Presidente. Máximo Kirchner, el líder de la organización y diputado nacional, ratificó hoy su desaprobación total frente a Alberto Fernández: fue el único legislador que eligió dejar su banca vacía durante la ceremonia en el Congreso.
Finalmente, este mediodía, el jefe de Estado, que hasta ahora había evitado referirse al tema con firmeza, se volcó por satisfacer a la accionista mayoritaria del frente y, sentado junto a ella, articuló una férrea defensa de la Vicepresidenta. Como si fuera su abogado defensor en un juicio oral, dijo que efectivamente está inhabilitada por el Poder Judicial; denunció que es víctima de una persecución y denunció los vínculos entre la oposición y ciertos jueces. Fue una muestra de sintonía total con la teoría del lawfare, aunque no usó ese término.
Tampoco aplicó la palabra proscripción, a sabiendas de que el kirchnerismo esperaba que la mencionara específicamente, en línea con el discurso centralizado de los duros. No obstante, en una primera reacción al mensaje presidencial, dos funcionarios del kirchnerismo eligieron, al unísono pero por separado, restarle importancia a las diferencias semánticas.
En cambio, apreciaron que el jefe de Estado se sometiera a la posición del sector que responde a la ex mandataria. “Como siempre, cedió, y buscó conformar a todos. Le tiró un centro a Sergio (Massa), le pegó a la Justicia, defendió a Cristina. Fue de manual”, dijo un funcionario después de escuchar atentamente las palabras que emitió el primer mandatario en el recinto de la Cámara de Diputados, frente a la primera plana del oficialismo y la oposición, y a los propios jueces supremos.
Desde una oficina de la gobernación de la provincia valoraron el mensaje político y el modo que usó el Presidente para cerrar su mensaje, a los gritos frente a los reclamos e insultos de los diputados opositores. “Si bien no dijo “la“ palabra, la crítica a la Corte fue lo suficientemente rigurosa como para no caer en un problema terminológico”, dijo un funcionario. En La Cámpora vivieron la asamblea de hoy como un triunfo propio. En síntesis, creen que lograron doblegar a Alberto Fernández, y vieron en esa clave el talante “impertérrito” de Cristina Kirchner, que evitó desairar al jefe de Estado como en otros actos.
Sin embargo, en el cristinismo no pasó desapercibido la puesta en escena autorreivindicativa que montó la Presidencia, al llevar a la sesión a varios ciudadanos beneficiados por políticas públicas y mencionarlos uno por uno. Algunos funcionarios, los más críticos de la gestión albertista, lo consideraron una forma de mantener en pie la hipótesis de su resistida postulación. Lo cual, a ojos de los referentes k más intransigentes, empañó el intento del Presidente para congraciarse con su jefa política.
Otros, por el contrario, vieron en la última asamblea del mandato actual de Alberto Fernández la semilla de su salida. “Aunque en cada puerta que abría encontraba un lugar para decir ‘Este soy yo, y este fue mi gobierno’, el discurso sonó más a una despedida. No dijo en ningún momento que necesita más tiempo para completar la gestión”, analizó un referente nacional.
El Presidente, en efecto, no hizo un solo anuncio de peso con vistas hacia el futuro. Si bien mencionó fugazmente el problema de la inflación galopante es decir, la principal deuda de su administración, pidió reparar en los aspectos positivos de la gestión. Y a continuación, dedicó la mayor parte de su presentación a repasar con sumo detalle los avances que logró el Gobierno durante los últimos tres años en distintas áreas.
FUENTE: Infobae