La negativa de Juan Jenefes a aceptar una candidatura legislativa se enmarca en tensiones dentro del Partido Justicialista (PJ) de Jujuy, intervenido desde hace años por decisiones nacionales. El diputado provincial manifestó su desacuerdo con el manejo partidario, criticando especialmente la influencia de La Cámpora en la conformación de listas y la falta de espacios para disidencias internas.
Jenefes explicitó su rechazo a participar en una estructura que considera cooptada por el kirchnerismo, afirmando: “No acepté la participación ya que no soy camporista”. Esta postura refleja fracturas en el peronismo local, donde sectores históricos cuestionan el control ejercido por agrupaciones alineadas con el gobierno nacional, en un escenario de reconfiguración de alianzas tras la crisis del Frente de Todos.
La decisión del legislador evidencia estrategias de resistencia ante modelos de construcción verticalista, priorizando la autonomía partidaria sobre acuerdos impuestos. Este episodio se suma a conflictos previos por la federalización de espacios de poder, donde actores provinciales denuncian marginación en procesos decisorios. La pulseada ilustra cómo disputas por candidaturas operan como termómetro de tensiones entre líneas internas y proyectos hegemónicos.