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Facundo Campazzo se va a la NBA: Jugará en Denver Nuggets

Facundo Campazzo jugará la próxima temporada de NBA. ¿En qué equipo? Denver Nuggets, de la Conferencia del Oeste. A los 29 años, el base cordobés dejará el club más importante de Europa, Real Madrid, en el que tuvo un exitosísimo paso, y cumplirá un anhelo de hace mucho tiempo: ser protagonista del mejor campeonato de básquetbol del mundo en el nivel de clubes/franquicias.

Denver nunca fue campeón del torneo estadounidense, en el que acumula 44 temporadas desde su estreno, en 1976. Ha participado 26 veces en los playoffs y en estas cuatro décadas y fracción ha ganado 1749 partidos y perdido 1802, con un 49,2% de eficacia histórica. Las máximas figuras de su plantel son el pivote serbio Nikola Jokic, uno de los mejores de la NBA, y el perimetral canadiense Jamal Murray, uno de los máximos goleadores (10º en los playoffs, con 26,5 puntos por partido, más 6,6 asistencias) de la temporada que concluyó hace un mes. También tiene un nombre el veterano Paul Millsap y sobresale el joven Bol Bol (21 años), hijo del inolvidable Manute Bol.

El equipo quedó tercero en el Oeste en la etapa regular de la 2019/2020, y en los playoffs llegó a una semifinal del certamen (final de la conferencia), que perdió por 4-1 contra Los Angeles Lakers, el futuro campeón. En el camino había dejado a Utah Jazz y a Los Angeles Clippers, en ambos casos por 4-3 y remontando resultados 1-3. El director técnico es Michael Malone.

Campazzo arriba a una franquicia de larga participación en la NBA al cabo de numerosas conquistas en Real Madrid (ligas españolas, Copa del Rey, Euroliga) y siendo el jugador más valioso en varias definiciones. En sus últimos dos partidos, esta semana, registró nada menos que 24 asistencias (12 en cada uno). Y a todo eso agrega lo que viene haciendo en el seleccionado argentino, en el fue subcampeón mundial en China 2019.

No hay límites. No importa la dificultad. Incluso, cuanto más desafiante, más combustible. Se le enciende el alma, le quema la sangre. Lo subestiman y para él se trata de encontrar un motivo más para dar un paso al frente. Campazzo está en la cima y llegó hasta donde él quería, hasta donde nadie imaginaba, hasta donde la mayoría, cuando estaba en Mar del Plata, en la Liga Nacional, como parte de Peñarol, creía que ese era su techo. Se encargó de aniquilar los prejuicios y a cada paso multiplica su metro setenta y nueve, se queda con los flashes, y su paso no le es indiferente a nadie. La NBA será su nueva empresa y Denver, su casa en la liga más extraordinaria del planeta básquetbol. Campazzo, será, en definitiva, la vuelta de la Argentina a la meca del básquet, el jugador número 13 con ADN celeste y blanco en la competencia. Un reverdecer tras el retiro de Manu Ginóbili, sucedido hace dos años.

Intenta lucir serio, maduro, pero el cordobés de 29 años es un auténtico personaje. De otra manera se perdería el sello de identidad que lo caracteriza. Puede ser el competidor voraz, el protagonista de «A la Cama con Facu», una sección que impuso en la intimidad de la selección argentina, y puede ser el «Sheriff de los tiros imposibles». Es atrevido en la cancha y fuera de ella y eso configura una mentalidad ganadora que encanta, seduce y lo llevó a dominar la escena en Real Madrid, el equipo más poderoso por fuera de la NBA. Y de esa manera encendió los radares de las franquicias de Estados Unidos. Al fina, su lugar estará cerca de Murray y de Jokic, un menú fascinante para el base argentino, que desembarcará en la Conferencia Oeste, la más salvaje de la competencia.

Será parte de una organización que se construyó sobre las bases de Michael Malone, que asumió como entrenador en la temporada 2015/2016. Campazzo intentará ganarse minutos en un equipo que en la última temporada fue finalista en el Oeste y cayó ante el Los Angeles Lakers de LeBron James y Anthony Davis. Procurará Campazzo imprimir su marca, porque de eso se trata su carrera. Primero se paró encima de la Liga Nacional, con Peñarol como trampolín hacia la elite, y arrasó con todo a su paso: ganó 12 títulos (Liga de las Américas, 4 Liga Nacional, 3 Súper 8, la Copa Argentina, 2 Interligas y la Copa Desafío). Necesitaba dar el salto. En 2014 desembarcó en Real Madrid y en dos etapas levantó 11 trofeos: 4 Supercopa, 2 Copa del Rey, 3 Liga ACB y 2 Euroliga. Ya no le quedaba más por hacer en la Casa Blanca.

«Intento tener los pies sobre la tierra, ser profesional. Si mi techo me permite llegar a la NBA, se verá. Es un sueño, una fantasía que tengo de chico. Con mis amigos jugábamos a ser Jason Kidd, Steve Nash; teníamos posters pegados en la pared. Pero antes me obsesionaba y ahora no», contaba Campazzo en una charla con LA NACION en julio 2019. Por entonces, las miradas sobre el base cordobés eran atentas, pero todos dejaban una cuota de duda por su talla, ya que la mayoría de los bases de la NBA tiene por lo menos 10 centímetros más de estatura. Pero él mostró que se trata de apenas un detalle para él. Por eso su nombre se suma a la selecta nómina de los argentinos que fueron parte de la liga de Estados Unidos: Juan Ignacio «Pepe» Sánchez, Rubén Wolkowyski, Emanuel Ginóbili, Carlos Delfino, Andrés Nocioni, Fabricio Oberto, Walter Herrmann, Luis Scola, Pablo Prigioni, Nicolás Laprovittola, Nicolás Brussino y Patricio Garino.

Hay mojones en la carrera de Campazzo que pueden dar cuenta de ese atrevimiento que lo pone en otro nivel y de la confianza extrema que le permite enfrentarse con los poderosos y los gigantes. En julio de 2012, en un amistoso ante Estados Unidos previo a los Juelos Olímpicos de Londres, en el barcelonés Palau Sant Jordi, el base dejó su sello por una acción que quedó para el recuerdo: le hizo un tremendo tapón a Kobe Bryant. En el vestuario Campazzo les contó a sus compañeros que sabía que la Mamba Negra hacía ese movimiento, porque lo había visto en el juego NBA 2K, de Playstation, la consola que encanta a Facundo. Y que por eso había podido bloquearlo.

De la misma manera en que su imagen recorrió el mundo cuando quedó cara a cara con el estadounidense DeAndre Jordan, que mide 2,11 metros. El base argentino se molestó por un empujón del pivote en el duelo entre otro Argentina vs. Estados Unidos, el de los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016. Lejos de sentirse intimidado por el imponente rival y los 32 kilos más de la mole del Dream Team, el cordobés, desde abajo, lo desafió sin retroceder ni un centímetro.

Todos se quedaron sin aliento cuando Campazzo volcó la pelota por primera vez en un partido oficial, el 23 de octubre de 2012, ante Deportivo Castro, de Chile, en Mar del Plata: «Fue en un partido de Liga Sudamericana. Me acuerdo de que robé una pelota, me fui solo y dudé de volcarla, pero cuando arranqué para dar los pasos hacia el aro, me convencí. Íbamos ganando por 20 puntos y podía equivocarme, nadie iba a decirme nada. Yo me sentía de dos metros. Es un poco un resumen de lo que soy. Es la competencia que me alimenta, es no querer perder nunca».

Nadie pensaba que podía ser el base más admirado de la Copa del Mundo China 2019, el líder emocional del subcampeón del mundo, el jugador que despertó una infinidad de murmullos en el estadio de Pekín cuando se anunció el quinteto ideal de la competencia y en el puesto de base fue elegido el español Ricky Rubio.

No parece haber imposibles para él. Incluso, hasta encontró la llave para dejar Real Madrid después de algunas semanas de tensión: el argentino destinó su salario, de agosto a noviembre de 2020, a pagar parte de los 6.000.000 de euros de su cláusula de salida y abonará en varias cuotas anuales ese monto. Vale recordar que de los seis millones de euros de la salida de Campazzo, las franquicias de la NBA pueden desembolsar sin que afecte su límite salarial unos 750.000 dólares, pero se puede acordar que el jugador destine a ese pago 15% del salario total de su contrato. El resto debería ser abonado del salario neto, una vez descontados los impuestos.

«Veo mis videos y, si me río, es cuando mejor juego, así que intento ver qué tanto me divierto en la cancha», contó Campazzo en una entrevista con este medio. Este paso a la NBA será de sonrisas, porque para Facundo no existen los imposibles. Porque está en una etapa de su carrera en la que necesita esta aventura excitante y desafiante. El gigante de Córdoba está en la cima, se pondrá seguramente la camiseta 7 de Denver Nuggets y el básquetbol argentino disfrutará de cada momento del Sheriff.

FUENTE: La Nación

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