El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) atraviesa una crisis profunda debido a un plan de desfinanciamiento y recorte de personal que pone en riesgo su funcionamiento y su rol fundamental en el desarrollo agropecuario del país. Según denuncias de trabajadores y autoridades, el Gobierno nacional impulsa una reducción de la planta permanente que podría alcanzar a 1.500 despidos, afectando a técnicos, profesionales y becarios, lo que genera gran preocupación en todo el organismo.
Matías García Rodríguez, director de la Estación Experimental de Cultivos Tropicales del INTA-YUTO, con incumbencia en Salta y Jujuy, expresó la inquietud del personal ante la incertidumbre sobre la continuidad laboral y la posibilidad de que se suspendan programas y actividades esenciales. Subrayó que los jóvenes becarios, que se forman con maestrías y doctorados para sostener el trabajo territorial del INTA, serían los más afectados. Además, advirtió que el recorte no solo impacta en el personal, sino también en las líneas de investigación y asistencia técnica que el INTA desarrolla en regiones diversas y complejas como La Puna, Los Valles, Santa Victoria, y sectores productivos como el cañero, horticultor y frutícola.
García Rodríguez remarcó la importancia del INTA como un organismo de ciencia y técnica con presencia en más de 350 oficinas en todo el país, que trabaja en forma horizontal con productores de todos los tamaños y en cada microregión, buscando soluciones productivas adaptadas a las particularidades locales. En Jujuy, por ejemplo, el INTA es el único equipo territorial que trabaja en conjunto con la provincia y las comunidades de La Puna para buscar soluciones productivas sustentables y científicamente evaluadas, que permitan compatibilizar la rentabilidad con la sustentabilidad ambiental y social.
El director de la Estación Experimental alertó que la única propuesta que reciben es la reducción de personal, sin una discusión sobre el futuro del INTA ni sobre qué modelo de instituto necesita el país. Esto pone en riesgo procesos de larga data y ensayos que solo el INTA puede sostener, además de dejar a muchos productores sin acceso a asesoramiento técnico clave. Destacó que la entidad siempre ha buscado articular con el sector privado, universidades, municipios, ONG y comunidades aborígenes, y que su territorialidad es fundamental para la gestión de políticas públicas productivas y sostenibles.
Por otra parte, la crisis del instituto ha sido denunciada por gremios, entidades del agro y legisladores, quienes advierten que el desfinanciamiento y los despidos afectan la capacidad operativa y científica del organismo, con consecuencias negativas para la producción agropecuaria y la soberanía alimentaria en todo el país, incluida la región del NOA y Jujuy.
La situación del INTA-YUTO refleja la problemática general del INTA: Un organismo clave para el desarrollo científico y productivo regional y nacional que enfrenta un desfinanciamiento y recorte de personal sin precedentes, poniendo en riesgo su continuidad y su capacidad para acompañar a los productores y gestionar políticas públicas en territorios complejos como Jujuy. Matías García Rodríguez sintetiza esta preocupación al afirmar:
«La preocupación es que hoy la única propuesta de desarrollo territorial que se gestiona a través del INTA es el recorte de su personal, por lo cual procesos de larga data quedarían coartados y muchos productores quedarían sin la posibilidad de contar a dónde recurrir y con quién trabajar. Esa es la preocupación de hoy, que se pueda cortar esos trabajos, que no tengamos posibilidades de plantear a futuro cómo trabajar estas situaciones y cómo mejorar. Siempre el objetivo de nuestro trabajo es mejorar cada uno de los territorios.