En un partido muy flojo de ambos equipos, Boca y River empataron 0-0 en La Plata pero en los penales, los de Russo fueron demoledores y ganaron 4-1.
El primer tiempo se jugó a lo que quiso Boca, en cierto punto. El partido fue friccionado, trabado y luchado. El equipo de Miguel Ángel Russo se dedicó a cortar los circuitos del mediocampo de River y a presionar en la salida al conjunto de Gallardo. Boca decidió no ocuparse de crear situaciones y si a destruir lo del rival.
Cuando el físico de Boca mermó, River creció un poco en ataque y fue cuando Zuculini se perdió la única chance de gol que tuvo el partido. Tras una buena jugada de Álvarez, Rossi tapó el disparo débil del delantero y el rebote le quedó a Zuculini, que la tiró por arriba del travesaño.
La particularidad fue que River se fue con cuatro amonestados y todos por faltas sobre Ramírez: Montiel, Martínez, Díaz y Enzo Pérez.
El complemento empezó igual: Jugada de Paradela por izquierda y Zuculini sacó un derechazo certero pero Rossi lo contuvo con solidez.
River tomó el protagonismo pero las pocas que tuvo no las pudo convertir y todo fue a los penales.
El partido se volvió tedioso y ordinario, por lo que terminó todo en la definición más tensa de todas.
En los penales, Boca fue demoledor. Metió los cuatro penales (Pavón, Ramírez, Izquierdoz y Rojo), mientras que River solo metió uno (Martínez) y fallaron Romero y Julián Álvarez. De esta forma, Boca se mete en cuartos de final de la Copa Argentina y encadena el cuarto clásico seguido sin derrotas ante River.