Una familia tipo de cuatro integrantes en Argentina necesitó un ingreso mensual de $1.110.624 en mayo de 2025 para no ser considerada pobre, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este monto corresponde al valor de la Canasta Básica Total (CBT), que incluye alimentos y otros gastos esenciales como vivienda, salud, educación y transporte.
Que una familia tipo necesite más de $1.100.000 mensuales para no ser pobre en Argentina implica que ese es el ingreso mínimo requerido para cubrir la Canasta Básica Total (CBT), que incluye alimentos, salud, educación, transporte y otros gastos esenciales. Si los ingresos familiares son inferiores a ese monto, se consideran pobres según la medición oficial.
Este dato refleja la alta inflación y el aumento constante del costo de vida, ya que la CBT subió un 34 % en el último año, dificultando que los salarios mantengan el poder adquisitivo necesario para cubrir todas las necesidades básicas. Además, la cifra no incluye gastos importantes como alquiler o mantenimiento del hogar, lo que indica que la situación real puede ser aún más complicada para muchas familias.
En términos diarios, un adulto necesita cerca de $12.000 para cubrir sus necesidades mínimas, lo que evidencia la presión económica que enfrentan los hogares argentinos. La brecha entre el costo de la canasta alimentaria y los ingresos también marca la línea de indigencia, donde las familias que no pueden cubrir siquiera los alimentos mínimos son consideradas indigentes.
Este escenario pone en evidencia la dificultad de muchas familias para superar la línea de pobreza y la insuficiencia de los ingresos promedio para garantizar una vida digna. Además, la metodología actual para medir la canasta básica está basada en patrones de consumo antiguos, lo que puede subestimar las verdaderas necesidades actuales.
En resumen, el hecho de que una familia necesite más de un millón de pesos para no ser pobre es un indicador claro de la compleja situación socioeconómica en Argentina, donde la inflación y los costos elevados impactan directamente en la calidad de vida y el bienestar de la población.