El llamado “trimestre de oro” está llegando a su fin y con ello las fuertes compras de dólares del Banco Central. Hasta el día 22, la entidad lleva contabilizadas compras netas por u$s4.060 millones entre abril y el martes pasado. Esto representa el 64% de todo lo comprado en lo que va del año.
Abril mostró un buen nivel de compras (u$s1.373 millones) apenas un 7% por debajo del de marzo, pero lo mejor vino en mayo al aumentar un 52% (u$s2.089 millones). En cambio, junio muestra una fuerte desaceleración, cayendo un 71% respecto del mes anterior. Según los últimos datos oficiales las compras apenas suman u$s598 millones. Por ello, no extraña que comenzaran los ruidos cambiarios.
Lejos de asombrarse por los saltos de las cotizaciones de los dólares informales, en realidad el mercado comienza a ver alguna señal sobre la pregunta del millón: ¿hasta cuándo seguirá comprando dólares el BCRA?
Al parecer los operadores e inversores ya visualizaron alguna respuesta. Tarde o temprano, en medio del proceso electoral, iba a llegar el momento en que empezara a menguar el ritmo de las compras del BCRA y con ello, el agotamiento de la bonanza cambiaria. De ahora en más, el mercado comenzará a testear al BCRA. Ya le empezaron a contar las costillas y será cada día así. Pero, se sobreentiende que el BCRA se fue preparando para este momento por lo cual se descuenta que a partir de que comiencen las pulseadas, se lo verá intervenir más agresivamente.
El devenir de las compras del BCRA es elocuente al observar cómo se fueron frenando desde la última semana de mayo. Abril comenzó con un promedio diario de compras de u$s104 millones en la primera semana y marcó un promedio diario para todo el mes de u$s69 millones. Mayo arrancó con todo ya que el promedio diario de la primera semana se elevó a u$s124 millones y las compras promedio diario del mes fue de u$s110 millones. Mientras que Junio muestra un promedio diario de u$s27 millones en la primera semana y está definiendo compras promedio diario de u$s40 millones hasta ahora. Los números hablan a las claras.
Pero no todo es negativo. Hay un tema alentador y es que a diferencia de lo ocurrido al principio del año y hasta abril, cada vez le quedan más dólares al BCRA de lo que compra. En abril de lo que compraba quedaba menos de la mitad en las reservas. Esta proporción se elevó al 77% en mayo y en lo que va de junio subió al 84%. Lo que implica una mejora en las reservas líquidas del BCRA, que habían llegado a ser negativas meses atrás. Así y todo, hasta ahora en el balance del año apenas muestra un ratio de 47%, es decir, de los u$s6.326 millones comprados en el mercado al BCRA solo quedaron en las reservas menos de u$s3.000 millones.
De modo que de ahora en adelante, el BCRA deberá destapar los cañones que fue recuperando con vistas a la esperada dolarización de los portafolios preelectoral y el consiguiente aumento de la brecha cambiaria. No solo será necesario usar el cepo en su máxima expresión sino que también reducir al mínimo los pagos a organismos internacionales.
En virtud del cepo no habrá la típica corrida contra las reservas de parte de los plazos fijos por ejemplo. Sino que el drenaje de pesos hacia el dólar se dará en los mercados informales.
Por ello, el titular del BCRA, Miguel Pesce, debe lograr mantener todos los dólares que sean posibles para poder intervenir en los mercados informales e ir conteniendo el aumento de la brecha. Hoy las reservas líquidas se estiman orillan los u$s5.000 millones y las netas unos u$s7.000 millones (incluyen el oro y los DEG).
Claro que también tiene otras herramientas a mano, como la capacidad de intervenir en los mercados de futuros de dólar, que dicho sea de paso la recuperó totalmente a fin del mes pasado cuando las posiciones vendidas del BCRA quedaron en cero. De modo que ahí tiene como u$s5.000 millones de capacidad disponible para actuar sobre los contratos de futuros. Y además, tiene el stock de bonos remanentes para hacer el denominado “súper-rulo” (compra con divisas bonos en dólares que luego vender contra pesos en el CCL).
Hay que contemplar también el accionar de la ANSES, a cargo de Fernanda Raverta, con su cartera de bonos y posición de liquidez. En algún momento llegarán los nuevos DEG (u$s4.300 millones aproximadamente) pero quizás en medio de las legislativas. Para ese momento ya el mercado habrá tomado posición, más allá de las encuestas. Como siempre parte de lo clave pasa por que los agroexportadores sigan liquidando, porque cosecha aún queda. Pero lo cierto es que también entran a jugar sus expectativas por lo que se descuenta que lo harán a un ritmo mucho menor al visto en estas semanas. Por lo que la oferta por este canal retrocederá bastante.
En el mercado especulan con un escenario similar al visto en setiembre-octubre del año pasado cuando la brecha escaló al Everest a más del 130%. Así que se espera ver al BCRA con más agresividad en sus intervenciones para atravesar las PASO y llegar a las legislativas con un dólar más o menos controlado, o sea, una brecha amigable para el mercado. La verdad es que ya empezó a correr el taxímetro. Si hasta hace poco todos miraban cuánto compraba el BCRA ahora los ojos estarán puestos en cuánto vende y cómo interviene. Porque, como de costumbre, no hay dólares para todos. La historia repetida. El año electoral se fuma las reservas. Veremos con el supercepo a cuánto llegará la brecha tras las elecciones. Porque, como de costumbre, lo que sobran son pesos.
FUENTE: Ámbito