“El equipo de Fernández habla de crecimiento, pero lo bloquea con regulaciones e impuestos punitivos”, dice el medio especializado.
El peronismo es como el río Paraná, según el medio especializado The Economist. “El poder lo une, pero en la adversidad sus corrientes constitutivas toman diferentes direcciones, como muestra la disputa de esta semana por un principio de acuerdo con el FMI”, se lee en el texto.
En el artículo, titulado Los peronistas argentinos se pelean por un acuerdo con el FMI, The Economist señala que la resistencia al acuerdo con el Fondo es “parcialmente ideológica”. Asegura que la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, hizo su carrera política culpando al organismo multilateral y al “neoliberalismo” de “los problemas principalmente autoinfligidos de su país”.
Sin embargo, dice el artículo, también es económico, porque por el acuerdo el FMI exigirá que haya menos emisión, menos déficit y que se resuelvan los asuntos cambiarios de la Argentina.
“Eso implica apretarse el cinturón a corto plazo para obtener ganancias a mediano plazo en un país cuya economía no se ha recuperado por completo de la pandemia y donde cuatro de cada diez viven en la pobreza”, señala.
El acuerdo con el FMI fue “rechazado rápidamente” por los kirchneristas
The Economist afirma que el acuerdo es, dentro de todo, bastante benévolo para la Argentina y que, aunque todavía no se conoce la “letra chica”, el plan fue rápidamente rechazado por los kirchneristas.
Recuerda que a fines de enero, Máximo Kirchner, “el hijo de la vicepresidenta”, renunció como líder del bloque del Frente de Todos en Diputados y señaló que no compartía la estrategia de negociación con el FMI.
Luego, la publicación inglesa le da la razón: “El señor Kirchner tiene razón: el acuerdo es más duro de lo que sugiere el Gobierno. Requiere una baja del déficit fiscal del 2,5% este año a 1,9% en 2023″, se lee en el texto.
Según las estimaciones de The Economist, si no hay demasiados cambios en las condiciones actuales, el déficit este año podría llegar a ser del 4,5% del PBI, por lo que el recorte sería aún mayor.
“El acuerdo también exige que la emisión de dinero del Banco Central (para cubrir el déficit) caiga del 3,7% del PBI el año pasado a solo el 1 % este año, y que sus reservas internacionales aumenten en 5.000 millones de dólares. El Gobierno espera que el acuerdo le permita obtener más dinero internacional”, apunta el artículo.
El FMI sabe que el Gobierno está débil
Más adelante, destaca que el FMI sabe que el gobierno actual está “débil” y que tiene elecciones en 2023. Para las dos partes, dice, un acuerdo de bajo nivel es mejor que ningún acuerdo.
“El default pondría presión en el peso y significaría más inflación y menor crecimiento, pero un acuerdo debe ser aprobado por el Congreso”, advierte, y agrega que los kirchneristas parecen “empeñados a votar en contra”. Eso hace que el Gobierno dependa de la oposición o evada la votación con un decreto, estima The Economist.
“El problema de fondo es que la inclinación peronista por el proteccionismo y los subsidios financiados por la inflación han dejado a la Argentina con un bajo crecimiento y una escasez crónica de divisas. El equipo de Fernández habla de crecimiento, pero lo bloquea con regulaciones e impuestos punitivos”, suma.
Una última advertencia, según la publicación: incluso si el acuerdo llegara, el país “permanecerá inactivo”, porque el kirchnerismo “solo tiene retórica para ofrecer a los argentinos”.
Dice que, para que la economía mejore, será necesario que la nación enfrente algunas verdades duras. “La sequía del año pasado dejó al Paraná peligrosamente poco profundo. El peronismo parece estar en el mismo estado”, cierra.
Fuente: tn.com.ar