Sergio Berenstzein, María Eugenia Talerico y Mariano Cuacino -entre otros expertos- plantearon su visión sobre el presidente y el futuro del país.
Este jueves se realizó en Miami en la sede del Interamerican Institute for Democracy (IID) el Foro Argentina 2021 donde diversas personalidades y analistas políticos de América Latina y de Estados Unidos trazaron un panorama sobre lo que ocurrirá en nuestro país durante este año. Se empezó con Argentina porque según las principales autoridades del IID “preocupa” que el gobierno argentino haya respaldado a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, mientras otros países de la región se pronunciaron firmemente en el repudio por las ataques a la institucionalidad y las violaciones a los derechos humanos en el país caribeño.
El politólogo y profesor de historia Sergio Berenstzein fue el encargado de poner en contexto la situación de nuestro país. Dividió su análisis sobre tres ejes: la economía, la política y la sociedad argentina. Dijo que “Argentina vive en una crisis permanente con una gran incidencia de la pobreza. En lo económico se vive un estancamiento secular y desde la década del 70, el PBI per cápita no ha crecido. El país caerá entre un 11 y un 12 por ciento este año, más que el promedio de la región, con una inflación alta y con 22 millones de cheques del sector público, incluyendo salarios, pensiones y programas sociales. Es la estatización de los ingresos de buena parte de la población. Además, tenemos precios reprimidos y atrasos tarifarios”.
También remarcó la “altísima presión fiscal y que el déficit fiscal supera los 10 puntos del PBI” y que el gran desafío será “evitar una devaluación”. Con respecto a la actualidad política dijo que “existe un modelo disfuncional pero resiliente. Hay dos coaliciones muy amplias y heterogéneas como el Frente de Todos y Juntos por el Cambio con la UCR que nuclean al 85% del electorado. Para ganar una elección, a pesar de esta polarización se necesitará el apoyo del voto moderado, que abarca al 12 o el 15 por ciento de la población que se mueven en forma pendular”.
Sobre la sociedad explicó que “se pudo sortear la conflictividad social de cada año en los meses de diciembre. Seguramente los 22 millones de cheques que emite mensualmente el Estado sirvieron para amortiguar y frenar a la inflación”. Y pronosticó un incremento de la “conflictividad por la puja distributiva que se empezó a dar en el último trimestre de 2020″.
La abogada y ex funcionaria en la Unidad de Información Financiera (UIF) durante el gobierno de Mauricio Macri, María Eugenia Talerico, fue la que le siguió en el uso de la palabra. Basó su discurso en el “estado de impunidad”. Quien es presidenta de la ONG Será Justicia volvió a denunciar “un plan de desmantelamiento institucional de la Argentina que tendrá un impacto macroeconómico”. Detalló que el Gobierno de Alberto Fernández se encamina a garantizar la impunidad de Cristina Kirchner y citó a Máximo Kirchner, a Amado Boudou, a Oscar Parrilli y a Carlos Zannini como ejemplos de que “son allegados a Cristina con varias imputaciones judiciales en su contra pero que pueden quedar impunes si se avanza con las reformas en la Justicia”.
También ahondó sobre otros temas judiciales: “Se ataca al Procurador General Eduardo Casal, de impecable trayectoria. Se ataca a la Corte Suprema y se pretende una reforma constitucional. Se quieren eliminar los organismos de control como la UIF, la Oficina Anticorrupción o la Oficina de Inteligencia. Hay un fin mediato como plan de Gobierno: el modelo de tomar a la Justicia”. Y fue contundente: “El modelo a copiar es el de Venezuela, se quieren abolir en nuestra República los controles y los contrapesos”.
Luego Mariano Caucino, abogado y ex embajador argentino en Israel y en Costa Rica durante la presidencia de Macri, sostuvo que cuando Alberto Fernández llegó al poder “no sabíamos si iba a ser un nuevo gobierno o el cuarto mandato del kirchnerismo. Y se confirmó esto último”. También consignó que “parecía en los primeros meses que Alberto iba a tener un giro en su política exterior” pero que con algunas decisiones posteriores como la elección en la OEA o en el BID, “se votó en contra y se apoyó o se abstuvo respecto de Venezuela”. Esbozó, además, su preocupación porque Argentina “tuvo una politica exterior totalmente anti occidental y hasta firmó un pacto con Irán, un país que es acusado y sobre el que hay sospechas de haber sido el autor de atentados en nuestro país. Y también hizo una defensa de las dictaduras castrochavistas en un marco regional e internacional. Eso es lo que debemos impedir los argentinos”.
A su turno, Héctor Schamis describió al Gobierno de Alberto Fernández como “signado por la venganza de las tres derrotas que habia sufrido antes Cristina Kirchner con algunas de sus políticas”, como el rechazo a la Resolución 125 que afectaba al campo, la arremetida contra los jueces y la pelea contra los medios de comunicación que no le eran afines. Destacó, además, que se está cumpliendo lo de “Alberto al Gobierno, Cristina al poder” y trazó el paralelismo con lo ocurrido en 1973 con Héctor Cámpora y Juan Domingo Perón”
Schamis sostuvo respecto del tema educativo que hubo “una discrecionalidad política inadmisible en la administración de la cuarentena. Tener sin educación a tantos niños en edad tan temprana es un daño tal vez irreparable particularmente en situaciones de pobreza. Es una obscenidad ética lo que están haciendo con las escuelas”. Sobre la política exterior opinó que “Argentina aparece con una política exterior lejos de Occidente y lejos del Mercosur. Hasta lejos del G 20 que integra, destinada al consumo interno. Tenemos un presidente débil y una vicepresidenta comprometida con el castrochavismo. Un gobierno desorientado que hasta se metió en la elección de Estados Unidos. El conflicto entre ellos es dramático y no es bueno para la democracia. Afecta a la inversión”
Por su parte, el abogado chileno Ricardo Israel señaló los riesgos de que “algo peor puede venir si Argentina no logra integrarse al mundo post pandemia. Los números de la CEPAL son indicadores malos en lo económico, con una pobreza que supera a los 40 millones de personas”. Y después trazó un escenario pesimista: “Recientemente países como China, Japón, Australia, Corea del Sur y otros sellaron acuerdos comerciales y dejaron afuera a América Latina. Argentina también quedará afuera. Lo que le propone China no parece ser un proyecto de asociación como ocurrió con Gran Bretaña en el siglo XIX o con Estados Unidos en el siglo XX”.
Carlos Sánchez Berzaín, el politólogo, sociólogo y catedrático boliviano que preside el Interamerican Institute for Democracy, expresó que “Argentina es una democracia con un gobierno castrochavista. Un grupo de la delincuencia organizada que la encubre con hechos politicos. El plan se demoró por la pandemia. Alberto Fernández es la cara buena de un equipo de complicidad con Cristina (Kirchner). A los argentinos se les están conculcando libertades todos los días, el Estado de derecho se quiebra todos los días. Y llamó a “defender la libertad. Que no hagan como con la rana a la que ponen en una olla en agua fría y la ponen a fuego lento a hervir hasta que muera”.
Por último, Osvaldo Hurtado, ex presidente ecuatoriano entre 1981 y 1984, destacó que entre los problemas argentinos están “el populismo, el estatismo, el intervencionismo estatal y el tercermundismo. El populismo produjo un derroche de los recursos públicos y no permitió el desarrollo. Es un asunto que lleva décadas. Argentina lidia con los mismos problemas durante las últimas décadas”. Y mencionó “el desequilibrio fiscal, la caída en el valor de su moneda y una inflación creciente”. Sostuvo que esa situación “va a extenderse y a profundizarse. Más que el problema de la equidad lo que hay que resolver es el tema de la pobreza, que en Ecuador se pudo hacer en los últimos años”.
A modo de conclusión el director del IID, Tomás Regalado, consignó los problemas de la prensa durante la pandemia que le impidieron “tener tiempo y espacio para ofrecer información”. Dijo que el Interamerican Institute está dispuesto con este panel a “decir lo que el gobierno argentino no quiere escuchar ni decir”.
Fuente: infobae.com