Hace instantes, el expolicía Carlos Esteban Rubelt, fue condenado a prisión perpetua por el crimen del joven carmense Jairo Salcedo.
Tras meses de juicio, la familia considera que se hizo justicia, aunque espera que la causa avance en la detención de los otros implicados, hecho que quedó evidenciado en esta primera etapa judicial.
Este jueves, el Tribunal en lo Criminal Nº 3 condenó a Rubelt a la pena de prisión perpetua por el brutal asesinato del joven carmense Jairo Daniel Salcedo, ocurrido en el año 2017.
La investigación penal fue desarrollada por la Unidad Fiscal Especializada en Delitos Graves contra las Personas y Homicidios, a cargo del fiscal Diego Cussel, y actuó ante el Tribunal, el fiscal Walter Rondón.
Carlos Esteban Rubelt, llegó a juicio acusado de ser el autor del delito de “Homicidio agravado por ensañamiento”, según lo prevé el Artículo 80 inciso 2º del Código Penal de la Nación.
Durante el debate, el fiscal sostuvo y demostró la culpabilidad del acusado, fundado en los múltiples indicios que obran en la investigación y su pormenorizado análisis. Culminado los alegatos, Rondón requirió al tribunal que el expolicía sea condenado a prisión perpetua.
Dando por acreditado los hechos, el Tribunal por unanimidad condenó a Carlos Esteban Rubelt a cumplir la pena de prisión perpetua por ser hallado penalmente responsable del delito endilgado por el MPA.
La alegría familiar
Daniel Salcedo, padre de Jairo, a la salida del tribunal dijo «hoy es tiempo de justicia. Esto nos da tranquilidad y nos da paz, dejamos una mochila con mucho peso. no nos van a devolver a mi hijo, pero Jairo descansa en paz, será aún más cuando encuentren al resto de las personas que lo ejecutaron.
«En este tiempo hemos visto la responsabilidad y el compromiso para tratar el caso. No esperábamos otra cosa y ha sido una condena, perpetua para uno de los asesinos de mi hijo. Hoy tenemos una especie de alegría por esto», añadió.
En la misma línea, agradeció a los medios de comunicación, «que siempre han estado, dejaron expresarnos, llevar con nuestra voz todo lo que ocurrió con el caso de mi hijo».
Respecto a las instancias judiciales, el hombre -visiblemente emocionado- indicó que seguramente la defensa de Rubelt va a llevar a otra instancia este resultado, «pero no van a tener éxito, lo que se hace con tanta maldad se paga»
Finalmente indicó que sin ninguna duda «hay más implicados, inclusive la defensa hizo alusión a por qué no se han encontrado otros implicados» y apuntó contra Rubelt: «Pudimos ver el grado de cinismo, con tanta maldad»
Y envió un mensaje a los familiares de otras víctimas. «Los tiempos de la justicia no son los nuestros, en este caso, la defensa no fue muy expeditiva y no se pudieron apurar los tiempos, pero las pruebas fueron muy contundentes por eso llegamos a este resultado.
«En el lugar que me toca estar, puedo afirmar que hay que buscarla, pero hay justicia. La buscamos y peleamos a nuestra manera, pero nos escucharon. A las demás víctimas que esperan una oportunidad, que tengan paciencia, todo va a llegar con buenos resultados. Es difícil pasar por todo eso, pero la justicia existe»
Los hechos
El hecho por el cual Carlos Rubelt fue condenado data del 20 de abril del 2017, cuando se comunicó telefónicamente con Jairo Daniel Salcedo, con la excusa de ver el automóvil de la víctima, el cual estaba en venta.
Se reunieron en la terminal de la ciudad de El Carmen, donde el condenado abordo el rodado, y de forma premeditada, con su arma de fuego redujo a Salcedo.
Bajo constante amenazas, obligó a que la víctima se desnudara, lo golpeó violentamente en el rostro, cabeza y en su cuerpo, durante varias horas, ocasionando un padecimiento y sufrimiento innecesario.
Alrededor de las 3 de la mañana del 21 de abril, mientras la víctima estaba sentada en el asiento del conductor de su rodado, el condenado le disparó con su arma reglamentaria, para luego bajarlo del automóvil y mientras aun Salcedo estaba con vida, lo arrolló con su vehículo.
Rubelt abandonó el cuerpo de Salcedo, quien muere por el disparo, a la vera de ruta 9, en uno de los accesos a la ciudad de El Carmen, para luego darse a la fuga en el rodado de la víctima y dejarlo en una esquina del barrio Alto Comedero con la llave de contacto puesta.