Suiza, Grecia, Francia, Serbia y Croacia habilitaron el regreso a las aulas de los niveles iniciales.
Alumnos, maestros y profesores volvieron ayer a las aulas en varios países europeos, con la excepción notable de Italia, tras varias semanas de confinamiento por el nuevo coronavirus.
Algunos se habían adelantado -Dinamarca o Noruega- y ayer fue el turno de los niños de Holanda, Grecia, Suiza, Croacia y Serbia de volver a la escuela, con un sistema de turnos y edades.
En Francia, en el primer día de salida del confinamiento, cerca del 86% de las 50.500 escuelas del país tenían previsto abrir este lunes para los profesores y el martes para «más de 1,5 millones de niños» de jardín de infantes y primaria.
Pero ante la complejidad sanitaria, muchos alcaldes son reacios a abrir las escuelas, igual que algunos profesores, que apelan al derecho a no trabajar en caso de riesgo para la salud. También muchos padres tienen miedo de devolver a sus hijos a clases. «El temor sigue ahí, pero las ganas de volver a la escuela es lo que prima, es lo que veo en las caras», dijo Maxime Brunant, director de la escuela Foron, en Suiza, donde las escuelas de primaria y secundaria abrieron sus puertas bajo la lluvia.
En Noruega, el primer país de Europa que reabrió sus guarderías y jardines de infantes, y luego sus escuelas primarias, las autoridades afirmaron que hasta ahora eso no había reavivado la epidemia.
«Sienta bien -dijo una madre holandesa, cuyos tres hijos van a la escuela primaria de Willemspark, en La Haya-. Los niños tenían muchas ganas de volver a la escuela, saltaban de alegría al ver a sus amigos, todos estaban contentos».
«Por suerte, los niños están autorizados a acercarse unos a otros, sin tener que respetar la regla de 1,5 m [de distancia]. Les gusta de verdad, pueden tocarse y jugar sin pensar», agrega la mujer, de unos cuarenta años y profesional de salud.
En Holanda solo los chicos de jardín y primaria volvieron a la escuela.
«No voy a ir», dijo una griega de 17 años, que ayer estaba convocada a volver a clases. «La mayoría de alumnos que conozco no irán. Si volviéramos sería solo por un mes, por eso prefiero quedarme en casa y trabajar en mis exámenes», dijo Anastasia Kyriazis, que vive en Nea Manolada, en el oeste griego.
Al contrario, en un liceo del barrio ateniense de Petralona, pequeños grupos de adolescentes se dirigían entusiasmados a sus clases. Pocos llevaban máscaras.
En Serbia, las guarderías y jardines también abrieron ayer, pero solo para los niños cuyas padres tienen que trabajar.
Cerca de un 30% de los niños iban a volver a clases, según Olivera Zubic, directora de un establecimiento privado en Belgrado.
Sin embargo, tienen que presentar un certificado médico demostrando que están bien de salud y un justificativo de la empresa indicando que los padres no pueden trabajar desde casa. «Hemos hecho todos los preparativos, los padres vendrán en horarios fijos determinados previamente. Una pareja tras de otra», dijo Zubic.
En Croacia, la vuelta a las escuelas primarias también es opcional y está reservada a los padres que tienen que ir a trabajar. Apenas un 2% de los chicos concernidos llegaron, y 4% en Zagreb.
En la capital de Croacia, los pupitres y las sillas fueron separados entre 1,5 y 2 metros y se repiten a los chicos las consignas de seguridad.
Los establecimientos escolares fueron desinfectados y las clases están limitadas a un máximo de entre diez y quince alumnos.
Fuente: lanacion.com.ar